Mercedes reconoce su error: la suspensión trasera que arruinó media temporada
- David Pimentel

- 6 ago
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Actualizado: 6 ago
La escudería alemana admite que su polémica actualización introducida en Imola terminó por comprometer el rendimiento del monoplaza durante varias carreras.
En Fórmula 1, el tiempo perdido rara vez se recupera. Mercedes lo ha aprendido a la fuerza durante la temporada 2025, después de invertir semanas en una actualización que, lejos de mejorar, perjudicó gravemente el rendimiento del W15. Hoy, tras cuatro fines de semana de incertidumbre, el equipo admite lo evidente: la nueva suspensión trasera fue un fracaso.
Todo comenzó en Imola, donde el equipo alemán introdujo una configuración de suspensión pensada para mejorar la estabilidad aerodinámica y reducir el levantamiento del eje trasero en frenadas. Sobre el papel, la teoría tenía sentido. En la pista, la historia fue otra.
Salvo el resultado atípico en Canadá donde George Russell ganó y Kimi Antonelli subió al podio, el desempeño del equipo cayó en picada. Las clasificaciones se volvieron un suplicio, la confianza de los pilotos se evaporó, y la consistencia de los resultados desapareció.
“Supongo que ese eje trasero terminará en un tacho de basura”
ironizó Toto Wolff en Hungría, después de confirmar que el equipo había regresado a la especificación anterior de la suspensión.
El engaño de Montreal
Uno de los factores que retrasó la toma de decisiones fue el aparente éxito en el circuito Gilles Villeneuve. La victoria de Russell y el podio histórico de Antonelli desviaron la atención sobre el verdadero problema: la falta de estabilidad del coche.
En un trazado de frenadas rectas y sin curvas de alta velocidad, los defectos de la nueva geometría no fueron tan evidentes.
Mercedes decidió mantener esa configuración en Austria, Silverstone y Spa, hasta que los malos resultados se acumularon sin remedio.
“Intentamos resolver un problema… y metimos otro al coche” “Nos llevó algunas carreras entenderlo, pero finalmente lo hicimos”.
reconoció Wolff.
Una lección cara por la suspensión
La falta de correlación entre las simulaciones digitales y la realidad en pista volvió a ser protagonista. Las herramientas que guiaron el diseño no reflejaron las consecuencias reales sobre la conducción, especialmente el impacto negativo en la confianza de los pilotos.
“Es fácil seguir creyendo en una idea porque estás comprometido con ella”, “A veces, aunque los fracasos se acumulen, se piensa que la próxima versión funcionará”.
explicaba el veterano Pat Symonds en referencia a errores pasados del equipo.
Ese pensamiento parece haber pesado sobre los ingenieros de Brackley. La insistencia en un concepto erróneo, impulsada por la confianza en los datos digitales, costó tiempo, puntos… y tranquilidad.
Enfocados en 2026
Con el desarrollo de la temporada 2025 ya congelado, Mercedes ahora concentra todos sus recursos en construir el coche de 2026, bajo la nueva normativa. No habrá más mejoras para el W15, confirmó Wolff.
“Ahora sabemos que tenemos una plataforma más sólida. Lo que sigue es optimizarla y aprender de este error. Lo importante es que esto alimente nuestro conocimiento para el próximo monoplaza”.

George Russell sigue siendo la esperanza para mantener al equipo en el podio en lo que resta del año, mientras Antonelli continúa su curva de aprendizaje. Pero la verdadera redención se proyecta en el horizonte de 2026, donde Mercedes tendrá una nueva oportunidad… y menos margen para equivocarse.










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